Lentes de contacto de apoyo escleral

¿Tienes los ojos secos y quieres usar lentillas con la máxima comodidad?
Prueba las lentes de contacto de apoyo escleral y vuelve a sentir la comodidad de llevar lentillas.

Son unas lentes muy cómodas de colocar debido a que se apoyan en la esclera, una zona del ojo que carece de nervios.

Las lentes de contacto de apoyo escleral son un tipo de lentes semirrígidas con un tamaño mayor de lo habitual. Su diámetro es similar al de las lentes blandas; gracias a ello, se pueden apoyar en la esclera (la parte blanca del ojo), que es una zona inervada, por lo que resultan muy cómodas de colocar.

Se utilizan en los mismos casos que una lente híbrida, en sustitución de la lente semirrígida cuando esta no alcanza las irregularidades periféricas de la córnea o no logra centrarse de forma correcta; es lo que puede suceder, por ejemplo, en pacientes que se acaban de someter a una queratoplastia o en aquellos a los que se acaban de implantar anillos intracorneales.

Este tipo de lentes también es aconsejable para pacientes con ojo seco severo, patología que se convierte en un gran problema en el día a día por la constante incomodidad y picor ocular que genera. Ante esta situación, las lentes esclerales están especialmente indicadas porque, al ser más rígidas y grandes, pueden llenarse de lágrima artificial, creando un reservorio que mantiene el ojo permanentemente húmedo.

Las lentes esclerales requieren unas ventosas tanto para su colocación como para su extracción.

¿Qué precauciones hay que tener con los ojos cuando se usan este tipo de lentes?

Cuando se usan lentes de apoyo escleral, es importante seguir estas recomendaciones:

  • No te pongas las lentes de contacto en cuanto te despiertes: deja que transcurran, al menos, 20 minutos. Lo mismo vale a la hora de extraerlas: no te las quites justo cuando vayas a dormir, sino 20 minutos antes como mínimo.
  • Nunca duermas con las lentes de contacto puestas.
  • La higiene es fundamental. De ahí, que tengamos que limpiar las lentes y cambiar el líquido del estuche que las conserva a diario. En el caso de las lentes esclerales debemos, además, frotarlas bien con el jabón indicado, para que no se acumulen depósitos de lípidos y proteínas que provoquen incomodidad y lleguen a comprometer la visión.
  • Si tenemos el ojo especialmente rojo o notamos sensación de incomodidad o sequedad, molestias, dolor o visión borrosa, debemos quitarnos la lente de inmediato (no llevarla nunca si está agrietada o rota) y ponernos en contacto con el especialista.

¿Cómo se colocan en el ojo las lentes esclerales?

  • 1. Lávate bien las manos con agua y jabón neutro y sécatelas con papel o una toalla que no desprenda pelusa.
  • 2. Cuando saques la lente del estuche, aclárala con solución salina.
  • 3. Toma la ventosa de mayor tamaño y apoya la lente en el lado más ancho. No hay que presionar la lente contra la ventosa, ya que este dispositivo sirve simplemente de apoyo.
  • 4. Llena completamente la lente con solución salina o lágrima artificial sin conservantes.
  • 5. Colócate la lente en el ojo manejándola con la ventosa.

¿Cómo deben extraerse?

  • 1. Lávate bien las manos con jabón neutro y sécatelas con papel o una toalla que no suelte pelusa.
  • 2. Toma la ventosa de menos tamaño y aproxímala al centro de la lentilla.
  • 3. Presiona suavemente la ventosa sobre la lentilla hasta que esta quede “enganchada” a la ventosa y extráela.

¿Cómo deben conservarse las lentes esclerales?

  • La duración de las lentes esclerales dependerá del uso que se haga de ellas y de cómo se cuiden. Normalmente un juego de lentes tiene una duración de uno a dos años.
  • Cada seis meses es preciso realizarse una revisión. Cuando el óptico compruebe que la lente ya está desgastada, propondrá al paciente renovarla.
  • A la hora de aplicar el jabón es importante frotar bien la lente para eliminar todos los depósitos adheridos. La misma lágrima a lo largo del día va creando depósitos de grasa. Por eso es importante fregar bien para que estos depósitos se despeguen.
  • Es fundamental utilizar solución salina para aclarar las lentes; nunca hay que emplear agua del grifo ni saliva porque la lente de contacto se puede contaminar y provocar una infección ocular grave.
  • Nunca utilices productos caducados para limpiar o conservar las lentes.